Por Alma Flores y Gerardo Rivera

¡China lo inventó, Italia le puso nombre y México lo tomó para si y para siempre!

La conexión china de la Piñata

Piñatas are part of Mexican Folklore

En los recuerdos infantiles de todo mexicano hay una escena llena de emoción: con la venda sobre los ojos y un palo de escoba en las manos, al son de los gritos y cánticos de tías, primos y amiguitos que cantan ¡dale, dale, dale, no pierdas el tino, porque si lo pierdes, pierdes el camino!, el niño que fuimos gira y brinca, estirando los brazos para alcanzar y golpear la esquiva piñata que se balancea y se mueve para arriba y abajo.

¡Más alto! ¡Más abajo! por encima de nuestras cabezas. Y con este recuerdo, rememoramos la magia de convertirnos, en el feliz caso de ser el afortunado que rompe la piñata, en el héroe o heroína de la fiesta.

China Pinata

La piñata siempre se asocia a la fiesta, a una fiesta mexicana. En todo el mundo se habla de la piñata como una tradición originaria de nuestra tierra, al grado que hay piñatas de diferentes formas y tamaños que viajan a otros países en las maletas de millones de viajeros que visitan nuestra nación y que desean regresar a sus hogares con un recuerdo muy mexicano.

Marco Polo | Piñatas

Sin embargo, todo indica que esa mexicanísima piñata tuvo su origen en la remota China. En la antigüedad se fabricaban en China para recibir cada nueva estación del año. Por eso tenían formas de cerdo, buey, vaca, búfalo u otros símbolos preferidos de la cultura y el calendario chino.

Cubiertas de papel de colores (conocido como papel de China) que suponemos estaba hecho de fibras de arroz, iban llenas de cinco tipos de semillas, que salían volando y se esparcían por el suelo cuando los mandarines golpeaban la figura con bastones de madera cubiertos de alegres colores.

Después, se quemaba el papel que cubría la “piñata” y los invitados a la fiesta se tiraban al suelo, como hacen hoy los niños, para conseguir un trocito del papel quemado, tan frágil como las alas de una mariposa negra, que para ellos simbolizaba la buena suerte.

Fue el legendario explorador veneciano Marco Polo quien, en el siglo XIII, trajo las primeras “piñatas” a Europa.

Italia y la pignatta y en España también

Elsa Seyva: Piñata en la Vecindad

En Italia se adoptaron para la celebración de la Cuaresma, y el primer domingo de la Cuaresma pasó a llamarse Domingo de Piñata.

Originalmente se hacían, sin decoración alguna, con lo que parecía una jarra de  barro, de ahí el nombre italiano pignatta, que significa frágil vasija. También se dice que la forma tradicional era la de una piña, pigna en italiano.

Los Borbones, gobernantes de Nápoles y las dos Sicilias, las incorporaron a sus fiestas y, en lugar de semillas, las llenaron con monedas de oro y gemas preciosas. Entre los campesinos italianos era costumbre utilizar una piñata más modesta durante los cuarenta días previos a la celebración católica de la resurrección de Cristo, o Cuaresma.

Italian Pignatta

Por otro lado, los mayas, antiguos aficionados a los deportes. vendaban los ojos de cada jugador mientras éste intentaba romper una vasija colgada de una cuerda. Así, los misioneros no hicieron más que transformar ingeniosamente estos juegos para educar a la población indígena en su propia religión.

Fue así como la olla viajera llegó a México. Sin duda, fue aquí donde alcanzó su máximo esplendor no sólo en cuanto a riqueza artesanal sino a su omnipresencia y ubicuidad. A los mexicanos les resultó imposible no darles un toque más creativo: las manos mágicas de los artesanos mexicanos tomaron las sencillas vasijas de barro y las convirtieron, con la ayuda de papel de seda, en estrellas de siete puntas, o en formas de coloridas aves, frutas y verduras locales.

Durante siglos, la piñata cumplió una función religiosa. Vestida de oropel, representaba en la religión católica el engaño y la vanidad del mundo, y
cada uno de sus elementos tenía un profundo simbolismo en la batalla entre el Bien y el Mal.

Pinata Seven Deadly Sins"

La olla decorada, bella, brillante y seductora, representaba al diablo o al espíritu del Mal que con su apariencia atraía y engañaba a los hombres, y por eso la piñata de siete puntas era la favorita porque representaba los siete pecados capitales:

  • avaricia
  • gula
  • pereza
  • soberbia
  • envidia
  • ira y
  • lujuria

La cuerda, por su parte, suspendida sobre las cabezas de las personas, simbolizaba las tentaciones que se ofrecían al hombre para que se extraviara y fuera conducido al reino del Mal. La venda sobre los ojos era la fe ciega en Dios, que ayudaba a destruir los espíritus malignos. El palo y los golpes eran la fuerza de la virtud que rompe al engaño del mundo.

Burro Piñata

Así, cuando se rompía la piñata, se destruían el pecado y las malas pasiones que amenazaban el alma de los hombres, mientras que la verdad y los dones de la fe, la perseverancia y la gracia en Dios se derramaban en forma de caramelos y frutas que caían de la colorida vasija rota.

Pero la piñata también se ha asociado con otros valores cristianos. Con la esperanza: cuando oscila de la cuerda, sobre las cabezas de los invitados a la fiesta, todos vuelven -buscando el premio- sus ojos hacia el cielo. Y con la caridad: cuando se rompe, todos pueden compartir el premio.

La Piñata moderna, ya no religiosa

Patricia Strempler: Piñatas y juguetes

El pueblo mexicano, menos solemne y siempre muy festivo, poco a poco con el paso de los siglos fue expropiando a la Iglesia católica la costumbre de las posadas, y con ello la piñata también. Las posadas salieron, con toda su jerga, del atrio de la iglesia y a las calles, refugiándose en barrios, callejones, patios y chozas.

La piñata también cambió, y el símbolo religioso fue modificada por la gente siempre deseosa de celebrar. Tradicionalmente rellena de colaciones (dulces), y cacahuates, caña de azúcar, jícamas, guayabas, naranjas y tejocotes, que son las frutas de la temporada invernal, o -los más sofisticados- con chilitos y todo tipo de juguetitos, o -como broma- con harina y confeti, o harina y globos de agua, la piñata se convirtió en parte central, en símbolo, de la alegría de muchas de nuestras fiestas en México.

Modern Piñatas in Mexico

Después de muchos años la piñata se transformó en el máximo representante de cualquier fiesta infantil, especialmente de las celebraciones de cumpleaños, y hoy, en México, encontramos piñatas de formas tan variadas como los gustos infantiles.

Como opciones extras más allá de las tradicionales en forma de estrella, o las de siete picos, ahora hay animales, loros, pavos, conejos, perros, elefantes, búhos, peces, toros; todo tipo de personajes, como brujas, payasos, políticos, héroes de cómic y estrellas de cine -el Pato Donald y Daisy, Mickey y Minnie Mouse, Goofy, Popeye, Frankenstein, Casper, Pokemon e incluso el Chavo del Ocho, sirenas y caballitos de mar: flores y frutas, como los de antes; barcos, aviones, naves espaciales. La imaginación y las formas de las piñatas no tienen límite. De hecho, muchas piñatas se hacen a medida de cada cliente o, mejor dicho, del gusto de cada niño.

Yorbelith Toledo "Angeles-en mi pueblo"

Para nuestros hijos, y para los niños que fuimos, el profundo simbolismo religioso ya no importa. Para los niños, no hay nada en el mundo más emocionante que romper una piñata, y los adultos que están párados rodeando la piñata también disfrutan esos sentimientos ahora ocultos. Cada uno de nosotros, si pudiéramos, o si nos atreviéramos, pediríamos la oportunidad, aunque sólo fuera una, de repetir el hermoso ritual, al son de “dale, dale dale…”. El brillo de nuestros ojos siempre deja en claro nuestros reales sentimientos.

Última modificación el día 11/02/2023 por Puerto Vallarta Net